jueves, 27 de febrero de 2014

Mixa... un año sin ti.



¡Un año! Dos palabras, cinco letras... qué poco significado tienen dichas así... y cuánto para vivir... 365 días con sus horas, minutos y segundos. Todos ellos desde que ya no estás, mi querida Mixa. Bueno, no estás físicamente, porque tu energía está siempre con nosotros.

Ahora puedo sonreir cuando te recuerdo, cuando pienso en cada una de tus travesuras, de tus miradas y tus gestos inteligentes... aunque a veces la sonrisa venga acompañada de una lágrima que asoma, pero el dolor se ha diluido, se ha transformado en una dulce tristeza... y de ella creo que no me libraré en mucho tiempo, por no decir mientras viva.

Han sucedido muchas cosas desde que te fuiste mi niña: mi dolor y mi llanto primero, mi rabia después, y el tratar de buscar culpables por tu partida, incluyéndome. El dolor es irracional, ¿sabes?, y tu partida fue como disparo que recibes en una noche oscura, sin saber quién te lo da. Miras a tu alrededor, buscas al culpable y no lo encuentras... y cuando pasa el shock, solo te concentras en ti, en lo que duele,  en que deseas con toda tu alma que deje de doler... y buscas manos bondadosas que te ayuden con ello, que te ayuden a aliviarlo. Doy gracias por haber tenido esas manos conmigo, amigos y familia que no me dejaron sola, principalmente tu papi y tu hermano de dos patas, que a pesar de su propio dolor estuvieron conmigo.... gracias a todos ellos. Sus palabras de aliento y de cariño fueron para mi todo un bálsamo, jamás podré agradecerles lo suficiente.

Eso fue al principio, como es natural. Luego hice muchas cosas en tu honor mi niña... hice una página de FB donde comparto imágenes de gatos, esos a cuya especie perteneciste en esta vida, departiendo con muchísima gente que os ama, y pretendiendo ayudar de vez en cuando a alguno... espero haber contribuído en algo.

También empecé a dedicarme en serio a la artesanía, esa en la que me acompañabas cuando era solo un hobbie, ¿recuerdas?. Cuando tratabas de jugar con los cordones y te daba algún resto, o alguna cuenta para que juegues con ella. Le puse tu nombre a los productos, y han llegado a varias partes del país y hasta del extranjero, así que en cada pulsera que hago, en cada cuenta que enlazo, en cada hilo que tejo está tu nombre: Mixa.

A tu papi humano no le van mal las cosas, hace lo que le gusta y está contento.
Tu hermano de dos patas por fín ha empezado a andar el camino que quiere seguir para su futuro, lo que también nos tiene muy satisfechos.

Tus hijos, ¡ay tus hijos!. Trastos y encantadores como siempre... te los cuidamos bien, no merecen menos. Son los que nos arrancan una sonrisa, muchas veces una carcajada, y nos hacen recordarte en muchos gestos y detalles... los genes son los genes.

Como ves, el mundo sigue girando, no se ha detenido ni detendrá su marcha cuando vayamos nosotros a encontrarnos contigo, así es y así debe ser. Solo nos resta celebrar cada día la alegria de haberte tenido en nuestras vidas, la bendición que fuiste desde que entraste en casa hecha un saquito de pulgas, pequeña y delgaducha. Nuestra vida cambió para bien desde que nos diste tu primer maulliido, esperando respetuosamente en el felpudo  a que te dejáramos entrar. Ese "miau" que revolucionó todo nuestro entorno desde el primer día hasta el último.

Mixa querida, un año sin tí ha pasado en un suspiro, pero que sepas que has estado siempre aquí, que no te fuiste jamás del todo, que nos faltan tu calor, tu cuerpo y tus pelos, pero que sigues estando aquí, y aquí te quedarás para siempre.

Te queremos, mi amor.