martes, 11 de octubre de 2022

Bienvenida SETI


Hola mi querido Blog. Reaparezco después de casi dos años en los que he vivido y experimentado cosas que me han hecho crecer como persona, y retomo esta especie de diario, ya con una visión distinta de las cosas y de todo lo que me rodea.

Empezaste siendo una especie de altavoz para hacerme oír, en un vano intento de dar explicaciones sobre asuntos que en su momento me afectaban. Craso error, porque como leí en alguna parte: "El que no quiere oír, no lo hace aunque grites, y el que te conoce, te oye aunque calles". Pero como no hay mal que dure cien años, esa etapa fue superada con éxito.

Luego, fuiste contenedor de reflexiones, y por último me fuiste útil para desahogar mi tristeza y despedirme de mis hijos peludos, que tantas alegrías me dieron... y por aquí pude expresar mi dolor por su partida.

Ahora toca vivir una nueva etapa felina. Y te presento a SETI, nuestra nueva miembro de la familia.

Pese a que decidimos esperar a tener otro compañero peludo. (primero a superar el duelo y luego a que apareciese sin buscarlo) apareció ella, por medio de unos grandes amigos que la rescataron de la calle. Es sociable, juguetona, curiosa, ronroneadora, amorosa... en otras palabras: perfecta.

Bienvenida mi pequeña Seti... hace poco que llegaste y ya te adueñaste de la casa y de nosotros. A cambio de tus mimos y ronroneos, te daremos todo el amor que mereces, que es muchísimo.

Te queremos.


viernes, 6 de noviembre de 2020

Hasta siempre, Bikingo (con B)

 


"El último de los mohicanos", mi gato negro con bikini blanco, lo que dio origen a tu nombre, mi Bikingo. Acabas de irte, y no llegas a saber el vacío tan grande que dejas en casa. Fuiste el último en partir... tenías que durar casi 3 años más que tus hermanas para poder disfrutar de nosotros a plenitud, tus humanos para tí solito, como te gustaba.

Malote, gamberro, territorial, y al mismo tiempo tan buenazo, tan noble, tan señorial y tan digno. Demostraste carácter desde pequeño, cuando bufabas aún sin dientes... luego cuando peleabas por ser el "lider", y tu madre Mixa te decía con una colleja "De eso nada".

Cómo te queremos, mi niño, cuánto amor nos has dado durante más de 14 años y medio, cuántas risas, cuánta ternura, y cuánta energía invertida en nosotros, tratando de protegernos y cuidarnos siempre como si fueras un perrito guardián... mi perrigato.

Nos queda la tranquilidad que fuiste aquí muy feliz, y que te fuiste con toda la paz y tranquilidad que te pudimos dar, en la casa donde naciste, en brazos de tu papi humano, en tu entorno... no merecías menos mi negrito... te lo debíamos.

Ahora ya no estás físicamente, espero que Mixa te haya recibido como mereces, con lametones y una colleja cariñosa. No seas malo con tus hermanas Mota y Sasha, que allá detrás del arcoiris hay sitio para todos. Sé bueno con Orión... y sé feliz, sé muy feliz. 

Nos dejas tu amor, te llevas nuestro amor.

martes, 18 de septiembre de 2018

Hasta siempre, Orión



Abro los ojos y un ramalazo de tristeza me invade...

Ayer por la noche me enteré que te has ido mi niño... a esos mundos que no vemos con estos ojos humanos... y no puedo evitar que una lágrima recorra mi mejilla izquierda... la primera de muchas que saldrán como desahogo... aunque sé que ahora estás bien.  Tu madre, Mixa, debe haberte recibido entre maullidos y lametones. Tus hermanas Mota y Sasha habrán salido a tu encuentro con curiosidad, quizá sin recordarte mucho, ya que fuiste adoptado de bebé.

Mi Orión, mi Ori, mi niño negro con un dedito blanco. Naciste en esta casa, desde la que te estoy escribiendo como despedida y tuviste una vida  maravillosa, con una familia de lujo, viajando, disfrutando, siendo querido y mimado.  Igual por eso no me preocupé más que lo justo por saber de ti, porque sabía que estabas bien, que eras feliz, que gozabas de la buena gente que te rodeaba y de tu compañera perruna "Socia", que debe estar echándote de menos muchísimo.

Me quedo con las cosas buenas, mi querido "Dedito" (que fue el sobrenombre que te puso tu hermanito humano), me quedo con el recuerdo de tu nacimiento, de tus carreras por esta casa, de verte feliz corriendo por el campo detrás de alguna mariposa, de ti durmiendo a mi lado cuando estaba de visita en tu casa... me quedo con tu mirada que aparentaba indiferencia pero que lo captaba todo...  me quedo con que fuiste muy, muy feliz, y eso calma un poquito mi pena.

Adios, mi querido niño bueno... o mejor dicho, hasta luego... hasta que nos volvamos a ver.

Te quisimos desde que naciste... te queremos y te seguiremos queriendo siempre.

viernes, 19 de enero de 2018

Hasta siempre, Sasha






"No preguntes por quién doblan las campanas... están doblando por tí".

En este doloroso momento se me ha venido a la cabeza esa famosa frase de ese famoso libro... y si mi niña, las campanas doblan por ti... las campanas de mi alma, en la cual te metiste de lleno desde el día que naciste.

Mientras escribo estas líneas las lágrimas no paran de salir... sé que luego celebraré tu vida, pero hoy solo puedo llorar tu partida.

Elegiste la fecha precisa como para que no te olvidemos, pero nena... ¿cómo te vamos a olvidar?.  Jamás, mientras viva, olvidaré esa carita preciosa,  rara, única... no olvidaré esos grititos que dabas a modo de maullido, esos ronroneos ruidosos, ese andar elegante cruzando las patitas delanteras, como toda una top model, esa manera de interrumpir mi trabajo queriendo jugar con las cuentas y los cordones. No mi chiquitina, no te olvidaría así quisiera... y no quiero.

No te gustó nada que tu hermana Mota, tu compañera de fatigas, se fuera antes que tú, hace pocos meses. Ahora estarás con ella, echándole broncas como siempre hacías, y con Mixa como árbitro de vuestras disputas. Me las imagino recibiéndote. Me imagino una cama enorme donde saltarás feliz, solo que mis manos no serán las que agiten esas sábanas para que puedas jugar... no por el momento.

Te salvamos de una muerte segura unos días después de nacer, te alimentamos a biberón y saliste adelante... y nos regalaste casi 12 años de puro amor. Siempre te decía "¿Cómo puede caber tanto amor en un cuerpecito tan pequeñito?"... y cabía, vaya si cabía, para dar y tomar.

Hoy me ha costado entrar al salón, porque sabía que no estarías para recibirme en el mueble de la entrada, con ese particular maullido y esa carita preciosamente rara. Sé que dentro de un tiempo me vendrá tu recuerdo y sonreiré ya sin lágrimas al recordar tus saltitos, tus andares, tu mirada... aunque eso será dentro de un tiempo, ahora solo puedo escuchar dentro de mi esas campanas, que hubiera deseado suenen mucho más adelante.

Ay, mi pequeñita, cómo te vamos a echar de menos... cuánto te hemos querido y cuánto te queremos. Juega feliz por esos mundos que por el momento no conocemos... y espérame, que un buen día nos reuniremos.

Te llevas todo nuestro amor. Nos dejas todo tu amor.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Hasta siempre, Mota


Naciste en casa, una noche de abril hace 11 años, junto a tus cinco hermanos.  Pensábamos darte en adopción en cuanto se pudiera, pero cada oportunidad que se presentaba se venía abajo, y ya para ese entonces, te queríamos tanto que decidimos que te quedarías aquí, donde pertenecías, donde te dimos todo el amor y los cuidados que merecías.

Fuiste la niña bonita, la rubia tonta, la creída, la que era hermosa y lo sabía, la mimosa, la pesada que siempre reclamaba atención y mimos, la más dulce, la  más sensible, la más sentida.

Eras la nena de papi, donde él estuviera no querías a nadie más... no te hacía falta nadie mas. Una sola mirada y un guiño suyo bastaba para dejarlo todo e ir con él.

Te quisimos desde que naciste. Tuviste la inmensa suerte de no pasar nunca hambre ni frío... y a la vez fuimos nosotros los afortunados de tenerte.

Hoy tuvimos que decirte adiós, mi niña. Hoy tuvimos que dejarte ir, allá por esos mundos que no conocemos, donde no existe dolor ni sufrimiento. Espero que tu madre Mixa te haya recibido bien, y te haya llenado de lametones.

Te fuiste tranquila, dulce, como siempre fuiste... llena de caricias y de cariño, en calma, en paz... no merecías menos.

Fuiste, eres y serás nuestra pequeña rubia, de manto precioso, de mirada fija, de carita inexpresiva pero que al mismo tiempo expresaba mucho amor. Las miradas que intercambiabas con tu papi humano, solo tu y él las entendíais... el mundo quedaba excluido cuando lo mirabas.  Nos faltarán esas miradas, pero todo tu amor se queda en esta casa, donde fuiste feliz.

Adios mi pequeña... espéranos allá donde vayas, y quédate junto a tu madre, que ya nos veremos.
Hasta pronto, Motina.

martes, 7 de marzo de 2017

El machismo mata



Ayer vi un programa en la tele, que trataba sobre la violencia machista... si si... MACHISTA, no de género, no doméstica... machista pura y dura.

Entre los casos que expusieron, me afectó mucho uno en especial: Una niña de 14 años asesinada por su novio, por aquel que decía que la quería y que no podía vivir sin ella.
Empezó con "detalles" que una mujer suele pasar por alto: "quédate conmigo, no vayas con tus amigos" "¿con quién hablas?" "cuelga el teléfono, que estás conmigo"... luego el no dejarla salir, el "en casa estamos mejor", los celos, el pedirle la contraseña de sus redes sociales y de su móvil... y así sucesivamente... hasta que la niña se sintió asfixiada y decidió terminar con la relación... y él decidió terminar con la vida de ella... una niña, solo tenía 14 años.

Nací en los 60's, época en que el machismo estaba intrínsecamente ligado a la sociedad, el patriarcado era la regla.

Ya en la edad adulta, viví muchas experiencias que hasta entonces consideraba "normales" (otra vez la palabrita). Los celos eran signos de amor, el darle a mi novio explicaciones de dónde estaba y con quién iba eran la prueba de que lo quería, hasta que, por alguna razón llegaba a la conclusión de que aquello no estaba bien,  me sentía asfixiada y buscaba terminar con esa relación tóxica, aún sin saber que lo era. No terminaba la relación por considerarla machista, la terminaba porque simplemente no era feliz.

Luego sufrí desde acoso hasta amenazas, y viendo el programa de ayer me he dado cuenta de lo "afortunada" que fui de que todo aquello no culminara en tragedia... y es que es el colmo que las mujeres nos tengamos que sentir "afortunadas" de que no nos maten, de que nos dejen vivir en paz.

Tuve la inmensa suerte de crecer entre mujeres. Mi abuela, mi madre y mis tías constituían mi hogar, y quizá por eso, porque desde niña viví en un hogar de mujeres fuertes que no necesitaban a ningún  hombre para valerse por sí mismas ni para defenderse, era que no veía normal el que alguien quisiese dominarme  ni subyugarme.  Todo aquello debió influir en mi personalidad "rebelde" (como me llamaban muchos "machitos" de turno).

Sé que ahora se advierte mucho sobre el machismo y sus consecuencias en la televisión, en las redes sociales, en campañas de concienciación, etc. pero desde aquí quiero aportar también mi granito de arena:

Niñas, meteos esto en la cabeza:

- Los celos no son amor.
- El control no es amor.
- El victimismo ("no puedo vivir sin ti") no es amor.
- El acoso no es amor.
- Ni él es tu príncipe, ni tu eres una princesa.
- No necesitas un hombre para estar completa.
- El amor no es posesión... no eres un objeto para que te posean.
- Ningún hombre tiene por qué decirte lo que tienes que hacer,ni con quién hablar.
- "Yo soy tuya y tu eres mío" es solo una frase de película. Nadie es tu dueño, ni tu eres dueña de nadie.
- El amor no es sufrimiento.




sábado, 31 de diciembre de 2016

Adios 2016



Un año más que se va... un año menos por delante.
2016 ha sido un año de descubrimientos y de sorpresas buenas y malas. En nuestra familia ha sido un año de probar nuestros límites, de supervivencia, de lucha, y a pesar de todo, de logros, de risas y de saber de qué pasta estamos hechos. Somos tres campeones, no cabe duda.
A nivel social, ha sido un año de experiencias intensas, de saber quiénes están a nuestro lado, de probar y comprobar que hay personas que sin palabras cursis  y sin melodrama, han dicho "presente", aún sin haberlos llamado. Personas que han estado ahí, por y para nosotros, prestos a echarnos una mano a la primera oportunidad, personas que nos ofrecen su apoyo, aún sin conocernos demasiado tiempo y también viejos amigos que han reafirmado y fortalecido esa preciosa amistad. Personas valiosas y valientes, que a pesar de su lucha diaria y sus propias dificultades, no han dejado de preocuparse por nosotros. Un "¿Como estás?", un "¿Necesitas algo?, un "Sabes que puedes contar conmigo", frases que nos han hecho sentir reconfortados en los momentos difíciles. Son personas que siempre tendrán un lugar en nuestras vidas, pase lo que pase a partir de hoy.
Ha sido el año en que hemos visto a nuestro hijo desplegar sus alas y empezar a volar... sabemos que poco a poco se elevará aún más y más. La satisfacción del deber cumplido nos llena de un sentimiento de felicidad y orgullo que es difícil expresar con palabras.
Ha sido el año en que la tecnología nos ha permitido ver a nuestra familia en la distancia y sentirlos aún más cerca si cabe. De saber que están ahí, que la distancia es solo un factor, y que nos tenemos cerca a pesar de todo.
También ha sido un 2016 de muchas alegrías. Los problemas, las penas y las pérdidas quedan atrás y es mejor no pensar en ellos. Nos vamos a centrar en lo positivo, en la buena gente, en los buenos sentimientos... lo negativo no merece la pena ni mencionarlo, que se vaya sin más.
Adiós 2016... adiós con amor por lo bueno que nos diste, adiós con gratitud por lo malo que te llevaste.
Mis mejores deseos de un 2017 mejor y más productivo. Salud, trabajo y mucho, mucho amor para todos.