viernes, 22 de septiembre de 2017

Hasta siempre, Mota


Naciste en casa, una noche de abril hace 11 años, junto a tus cinco hermanos.  Pensábamos darte en adopción en cuanto se pudiera, pero cada oportunidad que se presentaba se venía abajo, y ya para ese entonces, te queríamos tanto que decidimos que te quedarías aquí, donde pertenecías, donde te dimos todo el amor y los cuidados que merecías.

Fuiste la niña bonita, la rubia tonta, la creída, la que era hermosa y lo sabía, la mimosa, la pesada que siempre reclamaba atención y mimos, la más dulce, la  más sensible, la más sentida.

Eras la nena de papi, donde él estuviera no querías a nadie más... no te hacía falta nadie mas. Una sola mirada y un guiño suyo bastaba para dejarlo todo e ir con él.

Te quisimos desde que naciste. Tuviste la inmensa suerte de no pasar nunca hambre ni frío... y a la vez fuimos nosotros los afortunados de tenerte.

Hoy tuvimos que decirte adiós, mi niña. Hoy tuvimos que dejarte ir, allá por esos mundos que no conocemos, donde no existe dolor ni sufrimiento. Espero que tu madre Mixa te haya recibido bien, y te haya llenado de lametones.

Te fuiste tranquila, dulce, como siempre fuiste... llena de caricias y de cariño, en calma, en paz... no merecías menos.

Fuiste, eres y serás nuestra pequeña rubia, de manto precioso, de mirada fija, de carita inexpresiva pero que al mismo tiempo expresaba mucho amor. Las miradas que intercambiabas con tu papi humano, solo tu y él las entendíais... el mundo quedaba excluido cuando lo mirabas.  Nos faltarán esas miradas, pero todo tu amor se queda en esta casa, donde fuiste feliz.

Adios mi pequeña... espéranos allá donde vayas, y quédate junto a tu madre, que ya nos veremos.
Hasta pronto, Motina.